viernes, 13 de agosto de 2010

La superficie aguda del chiste


Por

Camilo Ramírez Garza

camilormz@gmail.com

http://camiloramirez.jimdo.com

“Hay dos formas de ser feliz en esta vida,

una es hacerse el idiota, otra, serlo”

Sigmund Freud

“El gran secreto del psicoanálisis es

que no hay psicogénesis”[1]

Jacques Lacan

Tanto el chiste (Witz[2]) como la cura psicoanalítica, nos muestran que la felicidad –por lo tanto, también la tristeza y “eso” aplastante del sufrimiento humano- tienen que ver más con los agujeros, laberintos y vericuetos del lenguaje, que solo con aspectos intracraneales.

Algo que bien sabe un comediante, y espero que todo psicoanalista, como un escritor, poeta, un músico y un loco, quizás hasta un abogado, es que con las palabras se juegan diversos juegos: es posible hacer malabares, laberintos, castillos, fundar un estado, driblar o hacer funcionar la ley; afectarse y desafectarse de la vida; acercarse o tomar distancia, etc. Por ello las palabras de Lacan sobre el “gran secreto del psicoanálisis…no hay psicogénesis” nos plantean cortes, es decir, intervenciones en diversos momentos (cortes significantes) que produzcan efectos, similares a los de una reedición de puntuación de un texto, ¡La materia prima!...por ejemplo, del texto de David Nasio, “Como trabaja un psicoanalista”…podríamos derivar: “¿Cómo? ¿Trabaja un psicoanalista? ¡Cómo trabaja! ¡Un psicoanalista! ¡Como! ¡Trabaja un psicoanalista!...sale para la mesa 3!!!

El “saber hacer” de la intervención psicoanalítica y así como de la comedia es ubicar un punto justo y breve, agudo, con un timing, pero no el timing norteamericano, que ubica al paciente como en un “proceso y un desarrollo” de búsqueda, y que el analista “poco a poco” lo va llevando hasta que ya casi, cerca de “la supuesta verdad” le comunica algo, lo cual sería lo más anti-psicoanalítico que existe. Por el contrario, el timing en psicoanálisis, está más relacionado el timing en la comedia –y ahí su aporte- justo ahí en donde se advierte que al torcer el discurso aparece algo en su superficie, algo que ya estaba ahí: la articulación de lo Inconsciente.

Justo en esa brevedad que cita Freud del Hamlet de Shakespeare en El Chiste y su relación con lo Inconsciente:

“Puesto que la brevedad es el alma del gracioso ingenio y la prolijidad su cuerpo y ornato externo, seré breve”[3]

Se pueda desplegar y advertir, eso que “no se sabe que se dice cuando se habla” pero que está de igual forma operante. Como aquella paciente que se quejaba insistentemente buscando una respuesta a la pregunta: “¿Yo no sé por qué me mantengo ahí?” –haciendo alusión sobre el por qué seguía casada con su esposo, con el que venía una unión (económica y de educación de sus hijos) muy estrecha a su familia política. Al responderle: “Se mantiene ahí, porque se mantiene de ahí”… Entonces, la resonancia del sentido no solo cambiaba, sino en su cambio hace notar un “secreto a voces”: el origen humilde y sencillo de ella, del que precisamente salió huyendo para casarse con un hombre rico. En algún otro momento, exclamó que su matrimonio había sido un negocio. Cosa que era igualmente insistente con su queja de “no tener tiempo para descansar y divertirse” “¡Me siento como trabajadora en mi propia casa!” Negocio=negación del ocio. Su lugar en esa casa inició por un contrato-laboral-matrimonial.

Todo ello surgió a partir de frases que, torcidas –cual puros que fumaba Lacan- revelaban en su resonancia, otros sentidos. En ese sentido, “la otra escena” freudiana siempre estaba ahí en la superficie, cual “Carta robada, “The Pourloined letter” de Edgar Allan Poe. “Pourloined” que es traducida como “robada”, posee diversas acepciones más reveladoras de ese ocultamiento que está a la vista, en la dimensión de “lo no visible”: “poner a la distancia” “Desplazar” “Alejar”[4]

Lo mismo ocurre en la comedia: se toma una frase para introducirla junto a otra para que ésta tome otro sentido.

El pasado octubre 2009, asistí invitado por el Lic. Fernando Osorio y la editorial Noveduc, a participar en el 1er Congreso Internacional de Violencia en las Escuelas, celebrado en Buenos Aires, Argentina. Al terminar una charla y mesa redonda sobre “Bullying” el camarógrafo que cubría dicho evento me comentó una anécdota, pues habíamos estado discutiendo un planteamiento que hice, respecto a al humor como una vía para de-afectarse de los insultos que se reciben, que enojan, que golpean al cuerpo, justo porque afectan a la imagen ideal que se tiene de sí, que a menudo, cada cual intenta proteger y cuidar, pretendiendo negar la condición real del cuerpo humano: su fragmentación, su imposibilidad, su castración. Su chiste fue más o menos así: “Había en un pueblo un señor que le decían “cara de culo” cada vez que lo veían. Un día Don “Cara de culo” ya harto amenazó con matar a quien le volviera a decir aquel sobre-nombre. Entonces un cercano e insistente conocido al verlo degustar su mate, fuera de su casa, le dijo: “Don…con que haciéndose un enema”

Similar a lo referido por Lacan sobre un rey que prohibió que lo insultaran, quien lo hiciera, sería decapitado. Esa noche, todos soñaron que les cortaban la cabeza.



[1] Lacan, J. Seminario 3 Las psicosis, p-17 Buenos Aires: Paidós.

[2] Según lo expresado en la nota (Cfr Freud, El Chiste y su relación con lo Inconsciente, p. 11) la palabra alemana Witz, se traduce como chiste, agudeza, ingenio, gracioso, etc.

[3] Citado en Freud, S. El Chiste y su relación con lo Inconsciente, p. 15. Buenos Aires: Amorrortu

[4] Cfr. Lacan, J. El seminario sobre la carta robada, 1956, en Escritos I. México: FCE http://www.tuanalista.com/Jacques-Lacan/17321/El-seminario-sobre-La-carta-robada-1956.htm

1 comentario:

  1. Muy interesante lo del chiste, (y los chistes), en donde son significantes y el último re-significa al primero. Me parece que en chiste se puede apreciar bastante la multivocidad, el equivoco y algo del inconsciente. Buen artículo.

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